Taormina: una perla de la costa siciliana, suspendida entre montañas y mar.
En la costa oriental de Sicilia, nació recostado en una terraza natural con vistas al mar Jónico, uno de los lugares turísticos más famosos del mundo.
Con su encanto antiguo, su belleza escénica y su clima mediterráneo, Taormina encanta a visitantes de todas las edades.
Los orígenes de Taormina se remontan al siglo IV a.C., cuando los colonos griegos fundaron la ciudad de Naxos, la primera colonia griega en Sicilia. Taormina se convirtió entonces en un importante centro cultural y comercial, bajo el dominio romano y bizantino.
En la Edad Media, la ciudad fue objeto de disputas entre árabes, normandos y suevos, que enriquecieron su patrimonio arquitectónico y cultural. La sucesión de todas estas civilizaciones hacen de Taormina un museo al aire libre, entre las obras más importantes sin duda el Teatro Griego, construido en el siglo III a.C. y todavía hoy utilizado para espectáculos y conciertos, es el símbolo de la ciudad. Desde aquí se puede disfrutar de una vista impresionante del Etna y el mar.
Otros monumentos que no debe perderse son el Duomo, el Palazzo Corvaia y la Badia Vecchia.
Taormina cuenta con una costa escarpada e incontaminada, con calas escondidas y playas de arena dorada.
La playa más famosa es Giardini Naxos, con sus establecimientos balnearios y sus numerosos restaurantes, mientras camina por las calles del centro se pueden admirar tiendas de artesanía local, boutiques de alta costura y pintorescos cafés.
Por la noche, la ciudad cobra vida con eventos musicales, teatrales y sociales.
A lo largo de los años, Taormina ha sido galardonada con la Bandera Azul Europea, un reconocimiento que premia la calidad del agua y la limpieza de la costa.
Un lugar lleno de historia y cultura, hoy un lugar mágico e imperdible para quienes visitan Sicilia.
Una perla del Mediterráneo que ofrece emociones inolvidables y únicas.